Precisamente, los chalecos serán los protagonistas del día. Esta prenda, conjuntamente con 17 linternas y 17 brújulas, acapararán la atención de la comunidad pesquera de Corinto, al norte del país. Es la primera vez que los pescadores reciben este “kit de supervivencia”, a pesar de ser un elemento básico en su seguridad. “Hasta ahora teníamos unos en la cooperativa pero más que nada para aprender”, apunta Fausto, un pescador con años de experiencia que, curiosamente, perteneció a la contra nicaraguense. Y no le duele prenda decirlo y proclamarlo a los cuatro vientos. “Yo soy de derechas. Luché contra este, pero ahora trabajamos juntos”, dice mientras le echa una sonrisa cómplice a Enrique, otro compañero de la cooperativa, con el cual trabaja codo con codo desde hace años.
No es fácil encontrarse a nadie tan orgulloso de proclamar que luchó contra el sandinismo en un país en el que todos adoran a Sandino y su reencarnación política actual, Daniel Ortega. Por eso, y en un pueblo en el que todos se conocen, el alcalde aprovecha para hacer proselitismo político durante la entrega del material. “Miren a Fausto. Luchó contra nosotros pero recibe el material como otro cualquiera. Y es que aquí todos somos iguales”… Y Fausto levanta la mano para que todos sepan de quien habla. No le duele admitirlo en un país en el que la guerra está reciente en el imaginario popular.
A la entrega del “kit de supervivencia” asiste lo más nutrido de la política local, con el alcalde y la vicealcaldesa a la cabeza, el comisario político del FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional), el coordinador de Ospesca en Nicaragua y el máximo dirigente de Impesca, Danilo Rosales, que tiene rango de viceministro. Y por supuesto, toda una legión de funcionarios municipales que tienen como misión que el acto se desarrolle a la perfección. Por eso no faltan las banderas oficiales del acto; la de Nicaragua, la de la alcaldía y la del FSLN, ni la interpretación de los tres himnos oficiales; el del país, el de la municipalidad y el del Frente Sandinista que todos entonan a viva voz.
En Nicaragua, y en general en Centroamérica, todo se toma con mucha calma y por eso, un acto que tenía que comenzar a las 10 de la mañana, se inicia a las 12.30 con un salón casi repleto. Hablan todos los de la mesa presidencial y todos destacan la importancia de la seguridad y la donación que ha hecho la Xunta. Y es que los chalecos han sido sufragados con dinero del Cetmar. Por eso las palabras de agradecimiento son extensas y continuas por la buena labor del “ayuntamiento” y de la “república autónoma” de Galicia. Y se escuchan profundos “vivas” a Galicia que todos secundan y se mezclan con otros “vivas” a la selección española de fútbol por eso de que comienza el mundial y España es una de las favoritas. “Aunque aquí también vamos con Brasil”, aclara el alcalde. Una mezcla explosiva y exótica en un país en lo que todo es explosivo y exótico.
Bombas y contaminación
Las autoridades también hablan de la necesidad de mantener una pesca sostenible para preservar las especies. Uno de los principales problemas de esa parte del país es, precisamente, la pesca con explosivos. Un sistema muy dañino para mantener la biodiversidad del ecosistema marino. Por eso, Danilo Rosales subraya que, utilizar bombas en el mar aboca a sus hijos a un futuro incierto en el mundo de la pesca.
“Tiene razón. Las bombas destrozan todo y nos quitan el pan de mañana”, apunta después del acto Enrique. También su compañero Fausto está de acuerdo pero matiza que esa técnica de usar explosivos la usan los “extranjeros”, los “salvadoreños”, especifica. “Y claro, de que van a vivir después nuestros hijos?”, se pregunta.
Y es que, los pescadores son conscientes de que si se esquilman los recursos no habrá futuro para sus hijos y nietos. Y cuando se habla de hijos y nietos las cosas cambian y los rostros se vuelven serios y pensativos. Les preguntamos por el futuro de la pesca y si sus descendientes podrán vivir de ella. “Eso es bien duro, hermano. Ya me gustaría que mis hijos vivieran dignamente de esto pero ahorita las cosas están muy difíciles”. Son sinceros y claros. Y no caben más respuestas.
Fausto, ese guerrillero de la contra que anduvo a tiros con su, ahora, mejor amigo, no quiere acabar la charla sin destacar que también la contaminación es un grave problema para la pesca artesanal. “Los pesticidas, las salinas, los desperdicios de las grandes factorías camaroneras. Todo está matando al pescado”, se queja amargamente. Su amigo Enrique asiente.
Mientras, la legion de funcionarios retira banderas, retira sillas y pancartas y recoge el baúl que minutos antes rebosaba de bebidas y bocadillos para los asistentes.
Texto: Xurxo Salgado
Fotos: Marcos Canosa
Que boa crónica, Xurxo. Si, Viva a República Autónoma de Galicia.
ResponderEliminarSecundo lo dicho por ana....muy buena crónica y un buen análisis de lo que pasa en Nicaragua...la pesca es una de las formas de explotación de recursos más tradicionales y debemos controlaralas...En Galicia, para bien o para mal sabemos bastante de eso y podemos ayudar a coordinarla en países como Nicaragua
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