Mario González, coordinador general de Ospesca (Organización Sectorial de Pesca y Acuicultura del Istmo Centroamericano)
Nos sorprende como ha preparado la entrevista. Rodeado de tres colaboradores y con un proyector de diapositivas comienza a describirnos como está la pesca en Centroamérica; la artesanal, la más común y la que más problemas tiene; la industrial, con fuerza tras la llegada de multinacionales y la deportiva, un sector con futuro.
Agareso: Pero, ¿hay cultura de la pesca y del consumo aquí para soportar esta industria?
Mario González: Hubo cultura de pesca artesanal y consumo pero los tiempos han cambiado. El consumo es muy bajo y hay países que, a pesar de estar rodeados por mar, aún no tienen ministros de pesca como es el caso de Nicaragua, Costa Rica y Panamá. También hay un problema de percepción institucional.
(Por ello destaca la importancia de la puesta en marcha de Ospesca para regular y ordenar la pesca de toda la región, así como la aparición de otros organismo reguladores del sector como Confepesca –Confederación Centroamericana de pescadores artesanales-. Dice que esto ha ayudado a “institucionalizar” este sector)
M.G. Cinco de siete países ya han promulgado leyes pesqueras. El objetivo es participar en la organización de la pesca internacional. Hasta ahora, buques de otros países venían aquí, pagaban muy poco, y se llevaban nuestra pesca. Ahora hay 42 barcos con bandera nuestra procesando atún tras abrirnos a la inversión externa.
Agareso: Pero, esta “profesionalización” no afecta a la pesca artesanal. ¿Cúales son sus retos?
M.G.: No, porque también hemos creado instituciones para impulsar este sector. Por eso pusimos en marcha el Profopac con la ayuda de técnicos españoles y gallegos. Su objetivo es capacitar, equipar y aportar asistencia técnica a los pescadores, formarlos, impulsar el asociacionismo y mejorar sus canales de comercialización. Se trata de incluír a los pescadores en los programas e influir en su formación. Aquí la Xunta y el Cetmar nos echaron una buena mano.
Agareso: pero a pesar de la formación, no acaba de arrancar la pesca artesanal…
M.G.: Pero es que hay distintos problemas. Por una parte que los pescadores no se implican y hay cierta “institucionalización” del sector. Hay una visión de arriba hacia abajo que tiene sus riesgos… Resulta que, en una ocasión, donamos a los pescadores 12 embarcaciones muy modernas y acabaron varadas y hundidas porque no sabían como utilizarlas.
Agareso: también la comercialización y el consumo juegan un papel importante para la pervivencia del sector. ¿Qué hacen los gobiernos centroaméricanos en esta cuestión?
M.G.: Hemos puesto en marcha campañas de consumo responsable, así como la creación de centros de acopio para que la gente venda y distribuya su producto. Hasta ahora, la comercialización fue siempre muy artesanal aunque ellos son muy hábiles a la hora de vender el pescado. Por eso buscamos nuevas vías y analizamos la posibilidad de importar el sistema de las lonjas que existe en Galicia.
(Mario González es consciente del reto que supone la “profesionalización” del sector. Por eso, reconoce la existencia de problemas, aunque habla de fórmulas para solucionarlos. Continúa con su presentación y en la pantalla del proyector aparecen esos inconvenientes: limitaciones regionales, costes de producción, manejo del mercado y programas de formación. Por eso no dudamos al preguntarle por el compromiso de Ospesca con la pesca artesanal)
Agareso: Y, cuáles son sus principales retos para mejorar la situación?
M.G.: formar a 130.000 pescadores y fortalecer el asociacionismo, sistematizar la formación pesquera, incorporar a los institutos de formación centroamericanos y conseguir que la pesca artesanal sea un medio de vida con futuro.
(Tampoco queremos dejar escapar la ocasión para preguntarle por los principales problemas que acucian al sector artesanal: la sobrepesca, la contaminación, la falta de futuro laboral…Y nos lanzamos).
Agareso: Y no cree que la pesca industrial, las grandes factorías (en los últimos años factorías de Pescanova y Calvo se han instalado en la región) y la pesca deportiva pueden acabar con la pesca artesanal?
M.G.: Se trata de buscar alternativa. El arrastre es malo pero, por eso, ahora, estamos impulsando una comisión pesquera que aborde esta cuestión. Además, ahora nosotros somos los que sacamos rendimientos de los que otros, antes, pescaban en nuestras costas. Por eso, estamos intentando profesionalizar la industria del atún. Por otra parte, la pesca deportiva puede ser una alternativa para los pescadores más jóvenes porque pueden trabajar como guías turísticos.
Agareso: pero algunas comunidades se quejan que la instalación de plantas acuícolas los está perjudicando?
M.G.: si, es cierto. Generan algo de contaminación y pueden poner en peligro la larva del camarón pero hay que intentar llegar a un acuerdo entre la pesca artesanal y la industrial, que también es muy importante.
Agareso: Notan también la influencia del cambio climático y la sobreexplotación?
M.G.: son problemas graves, si. Intentamos también abordar esta situación. Antes se capturaba el doble de camarón que ahora.
(También tocamos otros problemas del sector artesanal; el papel de la mujer y la incorporación de los jóvenes. Mario García reconoce que su institución no escatima esfuerzos para su formación y profesionalización)
M.G. Las mujeres participan ya, ellas mismas, en la configuración de los programas de formación. Por eso, hemos abordado varios módulos formativos dedicados específicamente a ellas, especialmente, en el área de la comercialización… Y, por supuesto, que nos importan los jóvenes y que puedan ganarse la vida como la hacen sus padres y antes lo hacían sus abuelos. Por eso hemos invertido en institutos de formación para que adquieran experiencia y formación para dedicarse profesionalmente a este sector. Hay que cambiar la mentalidad. Algunos países invierten más en soldados que en formación.
Texto/ Xurxo Salgado
Fotos/ Marcos Canosa
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