Costa Rica.- Llega el final del viaje y entre aeropuertos y aeropuertos, de vuelta a España, aprovechamos para abrir balance periodístico y personal. Fueron tres semanas de compartir muchas horas con pescadores artesanales, personal de ONGs e instituciones. Era el objetivo principal que nos trajo a Centroamérica. Compartir experiencias y contarlas; aportar mayor conocimiento sobre las necesidades del sector de la pesca artesanal y sobre el papel de la cooperación gallega en su desarrollo.
Salíamos con un claro objetivo de contribuir a la comprensión de la situación de la pesca en Centroamérica. No pretendíamos convertirnos en espejo de la realidad. De un lado, se trataba de darle voz a los que deberían ser los protagonistas de la cooperación y del desarrollo, en este caso las comunidades pesqueras. Buscábamos también encajar la situación de las comunidades pesqueras en un contexto social, entender por qué las cosas son como son.
En ese camino, nos dimos cuenta de que para nuestro trabajo, la corriente de solidaridad Norte-Sur no era más que un foco colateral, aunque importante; que lo que queriamos transmitir eran las historias y opiniones de personas, pescadores y pescadoras, comercializadores y comercializadoras, que trabajan día a día en su entorno por dejar en herencia un mundo que sea un poco mejor del que han recibido, que luchan por el futuro colectivo de sus familias, de sus comunidades y de su entorno.
Con muchos de ellos, pescadores, técnicos, cooperantes, compartimos sólo minutos, horas o días en el mejor de los casos. Nos despedimos de todos como lo hizo de nosotros en Nicaragua Néstor, de la contraparte Líder, todo atención y amabilidad: “En la vida hay personas con las que uno está destinado a encontrarse sólo unos minutos, pero sólo esos minutos pueden haber valido la pena”. Sentimos que así fue, que con sus luces y sombras, valía la pena transmitir los ejemplos de solidaridad, dignidad y lucha que nos ofrecieron muchas personas implicadas en la pesca artesanal o en la cooperación.
Anoche cerramos viaje en San Salvador. Primer día que trasnochamos hasta más allá de la una de la madrugada. Acabamos la noche jugando al futbolín en un bar con un grupo de salvadoreños. Les contamos que un paisano nuestro inventó el futbolín y nos sorprendemos de las diferencias entre el futbolín salvadoreño y el gallego. En El Salvador, hay tres jugadores en línea de portería y dos en defensa. Es muy diferente al de allá pero no hay problemas para entenderse y para jugar. La base es la misma. Jugamos a un juego común, a un juego global. Acabamos la noche haciendo equipos mixtos El Salvador – Galicia.
Texto: Gonzalo Brocos.
Salíamos con un claro objetivo de contribuir a la comprensión de la situación de la pesca en Centroamérica. No pretendíamos convertirnos en espejo de la realidad. De un lado, se trataba de darle voz a los que deberían ser los protagonistas de la cooperación y del desarrollo, en este caso las comunidades pesqueras. Buscábamos también encajar la situación de las comunidades pesqueras en un contexto social, entender por qué las cosas son como son.
En ese camino, nos dimos cuenta de que para nuestro trabajo, la corriente de solidaridad Norte-Sur no era más que un foco colateral, aunque importante; que lo que queriamos transmitir eran las historias y opiniones de personas, pescadores y pescadoras, comercializadores y comercializadoras, que trabajan día a día en su entorno por dejar en herencia un mundo que sea un poco mejor del que han recibido, que luchan por el futuro colectivo de sus familias, de sus comunidades y de su entorno.
Con muchos de ellos, pescadores, técnicos, cooperantes, compartimos sólo minutos, horas o días en el mejor de los casos. Nos despedimos de todos como lo hizo de nosotros en Nicaragua Néstor, de la contraparte Líder, todo atención y amabilidad: “En la vida hay personas con las que uno está destinado a encontrarse sólo unos minutos, pero sólo esos minutos pueden haber valido la pena”. Sentimos que así fue, que con sus luces y sombras, valía la pena transmitir los ejemplos de solidaridad, dignidad y lucha que nos ofrecieron muchas personas implicadas en la pesca artesanal o en la cooperación.
Anoche cerramos viaje en San Salvador. Primer día que trasnochamos hasta más allá de la una de la madrugada. Acabamos la noche jugando al futbolín en un bar con un grupo de salvadoreños. Les contamos que un paisano nuestro inventó el futbolín y nos sorprendemos de las diferencias entre el futbolín salvadoreño y el gallego. En El Salvador, hay tres jugadores en línea de portería y dos en defensa. Es muy diferente al de allá pero no hay problemas para entenderse y para jugar. La base es la misma. Jugamos a un juego común, a un juego global. Acabamos la noche haciendo equipos mixtos El Salvador – Galicia.
Texto: Gonzalo Brocos.
Fotografía: Marcos Canosa.
Gracias muchachos:
ResponderEliminarQuería agracer vuestra visita y vuestra labor. vuestra visita por permitirme acompañaros y poder concer con vosotros los esfuerzos de tanta y tanta gente por sacar a delante sus vidas y hacer de estas tierras un lugar mejor. Y por vuestra labor de mostrar a galicia la importancia y la obligación de seguir aopyando a estos pecadores.La importancia de seguir apoyándolos es evidente para cualquiera que lea vuestro trabajo publicado en este blog,La oblgatoriedad para mi también resulta evidente.
En todo estado de derecho sus ciudadanos son portadores de derechos y obligaciones. La solidaridad, no es un sentimiento de unas personas que se preocupan por los menos favorecidos, ni una limosna voluntaria arbitraria a la voluntad personal. Sino una obligación que tienen las sociedades del bienestar con las sociedades que viven en la miseria. Así como estas últimas tienen el derecho a reclamar dicha solidaridad. El derecho a una vida digna es unviersal a todas las mujeres y hombres que habitan este planeta y su buen cumplimiento es una obligación que dejamos en manos de todas las instituciones que nos representan.
Por todo ello cuando estas instituciones recortan sus presupuestos a la cooperación internacional, están faltando al cumplimiento de sus oligaciones y están recortando los derechos conquistados a lo lago de la historia, por las sociedades civiles de cada unos de los paises afectados.
Por último qusiera reconocer el mérito de vuestro trabajo a fín de cumplir con vuestra responsabilidad y obligación como periodistas residentes en la sociedad del bienestar.
reciban un afectuoso saludo.
Javier Otero.
Cooeprante en Nicaragua
Gracias Javier, fue para todos un gustazo compartir unos días contigo. Mil gracias nuevamente por toda tu atención con nosotros.
ResponderEliminarUn abrazo. Gonzalo