jueves, 17 de junio de 2010

Los temores de Simón



Honduras.- Cae la tarde en Amapala y llueve insistentemente. En el local de acopio de Playa Grande nos espera Simón Benegas, el líder de la comunidad local. Está esperando el regreso de los pescadores de la cooperativa. Hoy sólo han salido tres “pangas” (lanchas) de las 18 que tiene la cooperativa.

“Nuestro principal problema es vender el producto”, apunta Simón. Otro veterano pescador, Francisco, se incorpora también a la conversación. Y es que en la isla de Amapala los problemas de los pescadores son muy diferentes a los de sus vecinos nicaragüenses de la isla de Ometepe. Allí pedían medios y aquí piden mercados.

En Amapala hace tiempo que si hicieron con buenas lanchas de fibra y motores de 15 y 40 caballos. Material muy necesario y casi imprescindible en unas aguas bravas que miran a mar abierto. Tuvieron ayuda de la cooperación española y gallega y la aprovecharon al máximo.

Ahora, su próximo objetivo, es mejorar los canales de distribución y comercialización del pescado, evitar los intermediarios y vender el producto directamente. Por eso, trabajan conjuntamente con la Lonja del Coyolito, en el continente, para mejorar la distribución.

Amenazas

El nuevo sistema no gusta a los intermediarios que ya han lanzado varias advertencias. “No me extrañaría que incluso me mandaran matar. Que entren las mafias y acabe muerto”. Sus temores son justificados. En los noventa, varios líderes de pescadores fueron asesinados por liderar las protestas contra la instalación de grandes industrias camaroneras en la zona.

A pesar de todo, Simón y los suyos no ceden. Es más, insisten en mejorar sus condiciones. “Ellos quieren amarrarnos. Tenernos siempre bajo sus pies pero conmigo no pueden”. Por eso, conjuntamente con Amigos de la Tierra, han presentado una nueva propuesta a la cooperación gallega para comprar un camión-frigorífico y vender directamente el producto en los mercados de Tegucigalpa. Las capturas son buenas. Su comunidad aporta entre 700 y 1.000 libras diarias (350 y 500 kilos) de pescado.

Varias lanchas se asoman en el horizonte. Simón y Francisco interrumpen la charla. Llegan sus compañeros y hay que descargar, limpiar y preparar el pescado para que sea recogido por el personal de la lonja.

Texto: Xurxo Salgado
Fotos: Marcos Canosa

1 comentario:

  1. Un buen ejemplo de cooperación bien gestionada y bien organizada. Esto vale de ejemplo para los que duden de los beneficios del trabajo de tantas ONG's que se dejan la piel por mejorar situaciones injustas y desigualdades.
    Me gusta que alguien lo cuente para que llegue a la opinión pública y se callen ciertas bocas de personas que desconocen el trabajo del tercer sector en el exterior.
    Muy buen trabajo, chicos

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